Biografía de Massimo Girotti

Tenía un físico atlético que le permitió alcanzar un nivel muy alto en los deportes (fue campeón de natación) y mientras estudiaba derecho en Roma fue descubierto por Mario Soldati, que le ofreció un pequeño papel en “Dora Nelson” (1939). Dos años después, se impuso como uno de los actores más interesantes del cine italiano en “La corona de hierro (La corona di ferro)” de Alessandro Blasetti y después “Un piloto regresa” (1942) de Roberto Rossellini. Sin embargo, la oportunidad de su vida se la ofreció, Luchino Visconti, al elegirle como protagonista - junto con la exhuberante Clara Calamai - de “Obsesión (Ossessione)” (1943), una fulgurante adaptación de “El cartero siempre llama dos veces” de James Cain, que en cierto modo también marcó el nacimiento del neorrealismo. Al finalizar la guerra, dio otras pruebas de su talento en “Caza trágica (Caccia Tragica)” (1946) de Giuseppe De Santis y sobre todo en “En nombre de la ley” (1949) de Pietro Germi, en la que interpretaba a un joven juez que llega a Sicilia para combatir la mafia.

En 1950, interpretó el primer largometraje de Michelangelo Antonioni, “Crónica de un amor (Cronaca di un amore)”; en 1954 volvió a trabajar con Visconti, caracterizando con ímpetu al personaje de Ussoni en “Senso”. Sucesivamente, apareció en películas de varios cineastas (Lizzani, Bolognini, Cottafavi, Lattuada, etc.), sin embargo ninguna estuvo a la altura de sus trabajos anteriores.

Años más tarde Pier Paolo Pasolini le valorizó de nuevo, primero en “Teorema” (1968), en la que interpretaba al padre burgués que corre desnudo por el mundo, y luego en “Medea” (1970) en el papel de Creonte, rey de Corinto. También Bernardo Bertolucci se acordó de él y le confió el papel del amante destrozado y dolido de “Último tango en París (Ultimo tango a Parigi)” (1972). Después, sus apariciones en el cine se hicieron cada vez más esporádicas: sin embargo, hay que recordar una curiosa aparición en “El monstruo (Il mostro)” (1994) de Roberto Benigni, con esa compostura y dignidad que caracterizaron toda su carrera.

Murió el 3 de Febrero del 2003 cuando todavía no había llegado a las pantallas la película de Ferzan Ozpetek, “La finestra di fronte”, que marcó su enésima vuelta al cine.