Ingmar Bergman nació el 14/07/1918 en Suecia.
Ingmar Bergman nació en Upsala como segundo hijo de un pastor protestante puritano. Esto influyó tanto en su niñez como en su adolescencia, debido a los valores asimilados: el mundo metafísico de la religión, los sentimientos de culpa, pecado y redención. Sin embargo, progresivamente el joven Bergman encontró la forma de encauzar sus propios sentimientos y creencias independizándose cada vez más de los valores paternos a fin de buscar su propia identidad espiritual.
A partir de los trece años estudió bachillerato en una escuela privada de Estocolmo, para luego licenciarse en Letras e Historia del Arte en la Universidad. Durante los años de la segunda Guerra Mundial, ya distanciado de su familia, inició su carrera como ayudante de dirección en el Teatro de la Ópera Real de Estocolmo. Afortunadamente encontró en el teatro, y luego en el cine, los dos medios más apropiados para expresar su complejo mundo interior y su potencial creativo.
No obstante, las imágenes y valores de su niñez que lo seguirían por el resto de su vida y la proximidad con el quehacer de su padre, lo habían sumergido en las cuestiones metafísicas: Dios, el demonio, la muerte, la vida, el dolor y el amor.
A nivel de las influencias literarias, dos dramaturgos: Henrik Ibsen y, sobre todo, August Strindberg, lo introdujeron en un mundo donde se manifiestaban los grandes temas que tanto lo atraían, cargados de una atmósfera dramática, agobiante y aun desesperanzada, lo que deja una profunda huella en el espíritu del joven Bergman y una marcada influencia en su obra artística.
Es recurrente el hecho de que en la mayor parte de la filmografía del realizador sueco, sus personajes son atravesados por los mismos caminos en que se internan. Se trata de trayectorias que los reconducen hacia sí mismos, hacia su propia alma, hacia su propia conciencia.
La transmisión de esos estados de conflicto interno de sus personajes originan historias angustiosas y lacerantes, como pocos directores de cine han podido comunicar a "su público" y éste es el mayor logro del director sueco.
Aunque ha dirigido películas líricas como Fresas salvajes (1957) en la que es evidente su afinidad con la obra de Victor Sjöström en el empleo de narraciones superpuestas, su posición como heredero cinematográfico de Strindberg se consolidaría tras las dos trilogías que dirige en la década de 1960. Muy en especial, Persona (1966), con su prólogo independiente, simetrías compositivas, primerísimos planos, y el empleo evocador del sonido y la música, daría un nuevo rigor a su obra. Fresas salvajes y Persona, exploran el alma humana y emplean los recursos técnicos típicamente bergmanianos, como flashbacks, secuencias de sueños y visiones. Como en un espejo (1961) y El silencio (1963) reflejan tanto preocupaciones existenciales como el letargo del alma o la incapacidad de comunicar, sentir o recibir amor. En la década de 1970 Bergman obtuvo el reconocimiento internacional por la dirección de películas como Gritos y susurros (1972), La flauta mágica (1974), El huevo de la serpiente (1977), o Sonata de otoño (1978); trabajos para la televisión como Escenas de un matrimonio (1973), o Cara a cara (1975), y teatro (El pato salvaje en 1972, El misántropo, en 1973 o El camino de Damasco, en 1974). En la década de 1980 deja el cine y la televisión, y trabaja sólo en el teatro, aunque aún dirige Fanny y Alexander (1982). Bergman ha publicado sus memorias en dos libros, Linterna mágica (1988) e Imágenes (1990), y ha escrito el guión de Las mejores intenciones (dirigida por Bille August) y Los niños del domingo (dirigida por su hijo Daniel), ambas en 1992. Entre los numerosos galardones recibidos, habría que destacar el Oso de Oro del Festival de Berlín en 1958, el Oscar a la mejor película extranjera (en 1961, 1962 y 1983, respectivamente) por El manantial de la doncella (1959), Como en un espejo (1961), y Fanny y Alexander (1982); la Placa de Oro de la Academia Sueca, en 1958; el premio Erasmus, en Holanda, en 1965; y en 1975 el doctorado honorífico en filosofía de la Universidad de Estocolmo.