La película El verano de Anna fue dirigida por Jeanine Meerapfel
"Desapareced, espíritus", dice Anna mientras abre las puertas al reverberante mar Egeo. Sin embargo, los fantasmas no se dejan ahuyentar fácilmente. Su marido Max, a quien ha perdido recientemente, está junto a ella tanto como León, su difunto padre que sigue metiéndose en su vida cotidiana y continúa dándole buenos consejos. Mientras Anna reflexiona sobre la decisión de si debe vender o no la casona de su familia sefardita, emerge el pasado cada vez con más intensidad. Así se entera de los pormenores de la deportación de su abuela Anna, empieza a comprender la compleja relación de sus padres, que se conocieron en el exilio en Londres y descubre la apasionada relación amorosa de su padre con una joven mujer también llamada Anna.