La película La marcha de los pingüinos fue dirigida por Luc Jacquet
En el océano, el pingüino emperador se parece más a un delfín que a un ave. Este animal potente pero de movimientos fluidos es capaz de surgir de las profundidades como un torpedo a golpe de riñón, patinar ágilmente sobre el hielo y volver a levantarse para alzarse sobre sus patas. Pero una vez en pie, este ave de andar torpe está siempre a merced del menor obstáculo. Pero, ¿cuál fue el motivo de que este extraño pájaro nadador abandonara el agua helada en la que se deslizaba con tanta gracia? El motivo es uno solo, primordial, esencial: la supervivencia de su propia especie. Pero en la Antártida hay pocos sitios para elegir, porque, en invierno el mar se congela. Al norte el mar helado, el océano y su alimento. Al sur la banquisa, desértica pero estable. Entre los dos está el pingüino emperador, andando a lo largo de cientos de kilómetros de invierno y de peligros. Andando el interminable camino que separa el alimento de su hambriento retoño. "La marcha del pinguino" narra esta epopeya.