La película Nadie conoce a nadie fue dirigida por Mateo Gil
Simón, un joven que se gana la vida diseñando crucigramas para un periódico recibe en su contestador un amenazador mensaje que le obliga a incluir la palabra adversario en su próximo crucigrama. Todo parece una broma de mal gusto, pero cuando accede, comienzan a desencadenarse una serie de atentados en vísperas de la última Semana Santa del milenio. Al investigar lo ocurrido, junto a una compañera del periódico, poco a poco descubre que una serie de casualidades le van inculpando. En un estado de confusión total, su mundo se tambaleará. Ya nada ni nadie es lo que parecía ser.